ENTREGABLE 3 DEMANDA Y OFERTA DE TRANSPORTE PUBLICO EN LIMA METROPOLITANA

 

 

  




                MAESTRIA EN ORDENAMIENTO TERRITORIAL

 

 

                        Demanda y Oferta de Transporte en Lima Metropolitana

 

Curso:   Transporte y Movilidad Sostenible

 

 

Profesor:  Daniel Molina-Botache

Alumna: Virginia Jesús Meza Zambrano

 

 

              2023

 

 

 

INTRODUCCION

 

El presente trabajo se enfoca en la demanda y oferta del transporte público en Lima Metropolitana.

Siendo Lima y Callao una megalópolis, con una población por encima de los diez millones habitantes, existe una demanda mayor versus la oferta de transporte público existente por la necesidad de desplazamientos de la población, pero esto no siempre fue así, en algún momento se produjo una sobreoferta producto de la liberalización económica y la desregulación en materia de transporte público.

El presente trabajo comprende: antecedentes y el proceso de formación del parque automotor, su diagnóstico respecto de la demanda y oferta del servicio de transporte público, a partir de la creación del Sistema Integrado de Transporte Público.

Por otro lado, también se ha incluido un apartado referido a la creación de la Autoridad de Transporte Urbano, al desplazamiento de los limeños y la dinámica urbana y la movilidad.  

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Demanda y Oferta de Transporte en Lima Metropolitana

1.    Antecedentes

En la segunda  mitad  del  siglo  XIX  se  iniciaron  cambios  en  la  configuración  urbana  de  Lima,  que  empezó  su  expansión  tras  la demolición de las murallas que la rodeaban en 1872 (Sánchez et  al.,  1978;  Vega  et  al.,  2011). 

El crecimiento de la ciudad por expansión de la misma, origino la necesidad de desplazamientos que cubran largas distancias y esto a su  vez  produjo cambios  en  las condiciones de prestación del transporte urbano de pasajeros, que  condujeron  a  la  necesidad  de  establecer  un  marco  jurídico  para  una  realidad  social  crecientemente  compleja.

Si retrocedemos en el tiempo podemos imaginar lo necesario que se volvió la regulación del transporte urbano, dado el primer escenario en el que se tuvo que normar la actividad del transporte urbano de pasajeros en coches a tracción animal.

A finales del siglo XIX se inició el desarrollo de los modos de transporte masivo de pasajeros, con la aparición de los ferrocarriles y los tranvías  (Sánchez  et  al.,  1978;  Vega  et  al.,  2011).  En 1851 se inauguró el primer ferrocarril del Perú, de Lima a Callao; mientras que los trenes eran considerados un modo de transporte interurbano, los tranvías representaron el primer modo de transporte colectivo intraurbano.

Los tranvías eléctricos fueron introducidos en 1906, y alcanzaron su desarrollo para 1920 porque operaban 7 líneas, con cerca de 40 km de vías y una flota de 250 vagones.

El servicio de tranvías fue prestado inicialmente por la Empresa del Tranvía de Lima y posteriormente por el consorcio Empresas Eléctricas Asociadas.  El título habilitante para la prestación de dicho  servicio  era  un  contrato  celebrado  entre  los  operadores  y  la  Municipalidad  de  Lima,  que  puede  ser  considerado  como  un  antecedente  lejano  de  los  contratos  de  concesión  de  servicios  públicos  (Poole,  2016).

En  1934  la  empresa  del  tranvía  fue  transferida  al  Estado y se constituyó la Compañía Nacional de Tranvías, luego de un período  de  auge  en  las  primeras  décadas  del  siglo XX, y de similar situación a otras urbes en el mundo, el tranvía decayó  progresivamente  frente  a  la  competencia  de  los  buses  como modo de transporte en Lima y por la expansión de Lima (Glave, 1977; Sánchez et al., 1978). Finalmente, en 1965 se disolvió la Compañía Nacional de Tranvías y dejaron de circular sus vagones.

En el inicio del siglo XX ya existía los servicios de coches de alquiler que comenzaron a circular por rutas definidas previamente; es por ello que la Municipalidad de Lima emitió la Reglamentación Municipal de Carruajes.  que reguló, de forma integral, una modalidad de transporte urbano (carruajes particulares y de alquiler); pues en esa normativa se contempló el uso de placas con una numeración, que los conductores cuenten con una libreta de registro y la inspección obligatoria de los vehículos (revisión técnica) una vez al año.

 

 

 

En 1921 se otorgó la primera autorización para prestar el ser-vicio  de  buses  en  Lima.  A  diferencia  del  caso  del  tranvía,  nunca  existió un monopolio sobre la prestación del servicio de transporte público en autobuses de Lima. Solamente hubo un intento frustrado por  establecer  un  monopolio  sobre  la  actividad  en  1930,  cuando el Gobierno Central otorgó una concesión para prestar el servicio  en  toda  Lima  a  un  consorcio  conformado  por  Empresas  Eléctricas Asociadas, entonces concesionaria del tranvía, y a inversionistas  norteamericanos.  No obstante, dicha concesión fue  anulada en 1931 a raíz de las protestas de los incipientes empresarios de transporte de autobuses (Soto et al., 1986).

El marco  legal  para  la  prestación  del  servicio  formal  de  buses  en  Lima  fue  perfilándose  a  lo  largo  de  las  décadas  de  1920  y  1930, y se  materializó en 1941 con la emisión del Reglamento para el  Transporte  Colectivo  de  Pasajeros  en  Ómnibus  (Burga  et  al.,  1990).

El sistema de trasporte de pasajeros (ómnibus), inició sus operaciones a principios de 1921. El negocio estaba conformado por pequeños propietarios organizados bajo una estructura familiar cuya operación era de tipo artesanal. El primer reglamento de este servicio se dio en 1936, cuando la política del Poder Público (PP) se limitaba a la concesión de rutas y al mantenimiento del orden preestablecido. El aumento de la población y el crecimiento horizontal de la ciudad hicieron que los ómnibus tomaran ventaja competitiva sobre los tranvías: rutas más flexibles, menores costos de inversión, bajos costos de mantenimiento y capacidad de trasportar (progresivamente) más pasajeros que sus competidores.

De funcionar “artesanalmente” en un inicio, las empresas de ómnibus lograron formar un sector empresarial consolidado, en forma de oligopolio, que exigió al Poder Público la exclusividad en el servicio, estableciéndose las primeras barreras de ingreso a la actividad. Las tarifas eran negociadas de mutuo acuerdo y su nivel les permitía obtener rentabilidades atractivas. Las rutas eran fijadas por las propias empresas, que hicieron del centro de la ciudad el origen de su rentabilidad. Sin embargo, a pesar de su crecimiento, ya desde la década de los treinta también se inician los factores que, a largo plazo, significaría el declive del negocio.

El Poder Público aumenta sus atribuciones y asume una posición controladora y reguladora. Así, decide fijar las tarifas unilateralmente aduciendo que los transportistas no se ponían de acuerdo sobre el precio del boleto. Como dijimos, esto marcó el inicio de la ulterior quiebra del sector. El resultado de esta política, la tarifa se mantuvo inalterada por 20 años; solo fue reajustada en 1944. Finalmente, los enfrentamientos los sindicatos de trabajadores y los dueños de las empresas por los aumentos salariales determinaron, a finales de los años 50, la aceleración del proceso de quiebra de las empresas.

 En la década de los sesenta, el sector sufre la peor crisis de su historia. El flujo migratorio se dispara y surgen los barrios marginales en la periferia urbana. El servicio de ómnibus se degrada, las políticas públicas se contradicen y aumenta el enfrentamiento entre empresarios y trabajadores. El panorama es un caos y las empresas quiebran. La “solución” fue la entrega de las unidades a los trabajadores. De esta forma, se perdió la unidad empresarial y el sector se atomiza en pequeños empresarios con intereses individuales, no colectivos.

De otro lado, como ocurre hasta hoy, la política tarifaría continuó sin criterios técnicos; además, en 1960, se introduce el pasaje universitario. Al año siguiente, se crea, por primera vez, un órgano técnico, la Comisión de Regulación Económica del Transporte (CRET) que, además de calcular tarifas, asume la función de prevenir los problemas derivados del transporte públicos y proponer las medidas necesarias para corregirlos. No funcionó. Por ello, en 1969 fue sustituida por el Organismo Regulador de Tarifas y Transporte (ORETT) que, a diferencia de su antecesor, también calculaba las tarifas ferroviarias y de cabotaje. El nuevo organismo estaba compuesto por los representantes del Poder Público, de las empresas de ómnibus y de los empleados, obreros y estudiantes, sus funciones se limitaban al control tarifario.

Durante los setenta, los ómnibus compitieron con el microbús, un servicio atomizado en forma de comités. Un año clave fue 1972, cuando la Volvo y la Mercedes Benz hicieron prevalecer sus intereses económicos y se archivó el plan para establecer un Metro en Lima. El gobierno y el municipio, en una clara visión “cortoplacista”, apostaron por una ciudad de buses y microbuses. Sin embargo, esa decisión no mejoró, para nada, la demanda ni la calidad del servicio.

En  el  plano  del  transporte  urbano durante el final de los años 60 e inicio de los años 70 se suscitaron dos  fenómenos  contrapuestos:  una  intervención  más  decidida  del  Estado  en  la  prestación  del  servicio  de  transporte  urbano  con  la  creación,  sucesivamente,  de  la  Administradora  Paramunicipal  de  Transporte  de  Lima  (APTL)  y  de  la  Empresa  Nacional  de  Transporte  Urbano  (ENATRU)  y  la  expansión  de  los  servicios  de  transporte público informales a través de microbuses, los cuales empezaron  a  contar  con  reconocimiento  jurídico

En 1981, el ORETT fue reemplazado por la Comisión reguladora de Tarifas de Transporte (CRTT) que, a diferencia de las anteriores, incorporó a los representantes del emergente sector de los microbuseros.

En los años ochenta, la ciudad era incontrolable el Poder Público quiso reorganizar el sector, por lo que gracias a unos créditos del Banco Mundial se desarrollaron, a partir de 1986, los corredores viales (Universitaria, Alfonso Ugarte, Brasil). El proyecto quedó trunco debido a la política económica respecto a la deuda externa del entonces gobierno de turno del APRA. Fue también la época en que se creó la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE) que, como sabemos, también fracasó.

En julio de 1991, el gobierno de Fujimori implanta la liberalización total del transporte (urbano e interurbano), además de iniciarse la importación de vehículos usados y de timón cambiado, lo cual incrementó de manera desmesurada y no planificada el parque automotor, con los consecuentes impactos negativos en la calidad del aire, la congestión vehicular y el incremento de los índices de accidentabilidad.  Adicionalmente crecía la ciudad de manera horizontal por la ocupación informal, es decir de manera no planificada, por lo que se incrementó el déficit de infraestructura vial.

La desregulación de  la  década  de  1990  se consagró jurídicamente con  la  Ley  N°27181,  Ley  General  de  Transporte  y  Tránsito  Terrestre,  promulgada  en  1999,  que  suprimió  formalmente  la  calificación  de  servicio  público  para  el  transporte  colectivo y dispuso, en su artículo 4, el principio de libre competencia en  el  desenvolvimiento  de  la  actividad. 

Cabe precisar que en 2005, el Tribunal Constitucional (2005) sostuvo que cabía seguir considerando al transporte colectivo  como  un  servicio  público,  a  través  de  la  Sentencia  Nº  00034-2004-PI-TC,  donde  se sostuvo  la  constitucionalidad  de  la  tarifa  rebajada  para  escolares  y universitarios.

Como consecuencia de las medidas desreguladoras, la problemática del transporte público limeño pasó de ser una de déficit a una  de  sobreoferta  (Bielich,  2009;  Poole,  2016,  2017).  Como  no  había  límite  a  la  cantidad  de  empresas  que  podían  ser  autorizadas  para recorrer las mismas rutas, se produjo una intensa congestión vehicular  y  una  agresiva  competencia  por  los  pasajeros,  que  incidió sobre el aumento de los accidentes de tránsito.

Las empresas que  prestaban  el  servicio  eran  completamente  informales,  en  tanto que no eran propietarias de su flota de vehículos ni tenían relación laboral formal con sus operarios (Bielich, 2009).

Es importante precisar que el transporte público limeño alcanzó altos niveles de  cobertura,  debido  a  los  bajos  costos  de  los  transportistas  informales  y  la  libre  iniciativa  en  la  prestación del servicio (Avellaneda, 2011),  sin embargo  los estándares de calidad se redujeron  al  mínimo,  con  vehículos  antiguos y en  mal  estado  de  mantenimiento, además del maltrato al usuario.

En la última década se han producido cambios normativos y de política del transporte urbano en Lima, pasando de una política desreguladora, a una regulación paulatinamente menos flexible, adoptando el enfoque de movilidad urbana sostenible, que fomenta el uso de los medios de transporte masivo y la priorización del peatón.

En  el  2010  se  inauguró  la  primera línea del sistema de Bus Rapid Transit (BRT) denominado Metropolitano,  y  en  el  2012  la  primera  línea  del  Metro  de  Lima.  Estos  modos  de  transporte  responden  a  una  lógica  distinta  a  la  que predomina en el transporte público mediante buses, en tanto que  si  bien  la  operación  es  realizada  por  empresas  privadas,  hay  una  mayor  intervención  del  Estado  en  las  condiciones  de  prestación del servicio y no rige una lógica de libre competencia (Poole,  2016).

No obstante, la  incidencia  de  dichas  modalidades  de  transporte  público  masivo  resulta  limitada,  ya  que  a  la  fecha  cubren  solamente  en  torno  al  10  %  de  los  viajes  en  transporte  público.

En diciembre de 2018, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones creó la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). El objetivo es establecer a medio plazo un sistema integrado y eficiente de transporte público en Lima Metropolitana y Callao, donde residen alrededor de 10 millones de habitantes, para disminuir así el tráfico motorizado particular.

2. Diagnóstico del Parque Automotor

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) estima que el número de vehículos en el departamento de Lima fue de 2’025,227 unidades en el año 2020. Así, el 66% de los vehículos del país se encuentran ubicados en Lima. La tasa de crecimiento de los vehículos es de 2.1% anual y los automóviles son el tipo de vehículo más común.

 



En el año 2021 se cerró con una cifra de 2`090,001 unidades en Lima, es decir, en un año la cifra se incrementó en 64,774 vehículos motorizados.

Hay un dato no menor respecto de las cifras que maneja la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP) que tiene el registro de 2’600,995 unidades en su oficina de Lima. Así el número es mayor a la estimación del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, aunque debe tenerse en consideración que es posible que haya vehículos registrados en la ciudad que han sido llevados a otras zonas del país sin cambiar su registro

Para este trabajo se contrasto información con la elaborada por la ONG Lima Como Vamos (2021), para revisar los desplazamientos de la población en Lima y Callao (están conurbadas) antes y después de la pandemia obteniéndose la siguiente data:



La data revela que el uso del transporte público tradicional sigue siendo el modo de movilidad más utilizado, aunque se redujo esa preferencia durante el tiempo de la pandemia, y el otro modo de desplazamiento que se destaca la caminata.

La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) registró para el año 2021 un total de 22,310 vehículos que brindan el servicio de transporte público regular. La mayor cantidad de buses tienen una antigüedad de 10 años atrás en adelante, entre 2010-2019; sin embargo, existen 4,536 vehículos anteriores al 2000 con una antigüedad mayor a los 20 años.

En la actualidad Lima Metropolitana (Lima distritos y Callao) cuenta con un parque automotor de transporte público que supera los 35 mil vehículos autorizados; cerca de 27 mil vehículos en Lima y más de 8 mil vehículos en el Callao entre ómnibus, microbuses y camionetas; según la División de Ingeniería de la Municipalidad Metropolitana de Lima.

 

2.1. El Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao (SIT)

Mediante Ordenanza Nº1613 por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima, y con ello se crea el SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE DE LIMA Y CALLAO (SIT) compuesto por algunas modalidades de servicio de transporte público que busca compartir la integración física y la tarifaria. Con este Sistema se da un giro en la política de transporte público; donde se destaca un máximo nivel de integración y orden del transporte público con servicios de transporte troncales, alimentadores y complementarios de integración.

El proceso para adaptar la ciudad con esta infraestructura vial dio lugar a intervenciones urbanas necesarias que tomaron un promedio de 6 años para la culminación de las obras.


               Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima (2018)

2.1 .2. Sistemas Masivos AATE/ PROTRANSPORTE

a.  Tren Eléctrico (línea 1) o Metro de Lima que inicialmente se llamó Tren Eléctrico de Lima,​ es el Sistema de trenes Elevado y Subterráneo cuya red cubre al área metropolitana de Lima, conformada por la conurbación de las ciudades de Lima y Callao. Es administrado por la Autoridad de Transporte Urbano- ATU, como organismo técnico especializado adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Su operación comercial está a cargo de empresas privadas representadas en consorcios.

Por otro lado, su red se encuentra en expansión a través de la Red Básica del Metro de Lima y Callao, que fue aprobada en diciembre de 2010 por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. La red cuenta con cinco líneas proyectadas.​ La extensión total del sistema dentro de la Red Básica, incluyendo la línea 6, está estimada en 165 km.​​

Actualmente cuenta con una línea operativa, la línea 1, que recorre el área metropolitana de sur a noreste en viaducto elevado con una extensión de 35 km y 26 estaciones.

                                            Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima (2017)

                                        Fuente: Autoridad de Transporte Urbano (2019)

Adicionalmente, se encuentran en construcción dos líneas subterráneas que fueron concesionadas por el gobierno peruano en 2014: la línea 2 que recorrerá el área metropolitana de este a oeste a lo largo de 27 kilómetros de extensión, y una sección de 8 kilómetros de la línea 4, principalmente para ofrecer una conexión al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.

Asimismo, se encuentran en etapa de estudio dos líneas de metro, las cuales conforman la ruta restante de la línea 4 y la ruta completa de la línea 3. Los estudios de la línea 3 iniciaron en septiembre de 2014​ y fueron aprobadas por Proinversión en noviembre de 2015 mientras que los estudios para la futura línea 4 iniciaron durante febrero de 2015

La Línea 3 del Metro de Lima será completamente subterránea y se extenderá desde el norte al sur de la ciudad conectando 12 distritos de Lima. Hará un recorrido de 34,3 kilómetros y contará con 28 estaciones. El proyecto tendrá 66 trenes automáticos, o sea, sin conductor de por medio. Por lo tanto, cada vehículo podrá trasladar a 1.800 pasajeros. Este megaproyecto movilizará a más de 2 millones de personas por día.

Flota y capacidad de Oferta

De acuerdo a Lima Como Vamos (2021) la flota de la Línea 1 en el año 2021 fue de 44 trenes de seis coches, siendo operativos un total de 263 coches. Debido a la pandemia de la COVID-19, la capacidad tuvo que ser reducida y el aforo aproximado fue de 19,428 personas en el total de trenes. 39 de los trenes tenían un aforo de 86 pasajeros por cada coche, mientras que en los 5 restantes fue de 72 pasajeros por coche.

Demanda

Lima Como Vamos (2021) calcula el promedio mensual de pasajeros, y señala que la estación que tuvo una mayor afluencia fue Gamarra, seguida de Bayóvar, ambas con un promedio muy cercano, y en tercer lugar está La Cultura con una mayor diferencia. La data de ATU con la que se ha evidenciado la demanda es la siguiente:



Recaudación y costo

A lo largo del 2021, la recaudación del sistema fue de 116 millones 250 mil 924 soles. Además, el Estado peruano subsidió 309 millones 525 mil 801 soles, lo que representó el 72.7% del gasto total. Este subsidio del sistema es el que permite que la tarifa de la Línea 1 se mantenga en 1.50 soles  (0.40 centavos de  dólar) como pasaje regular y 0.75 soles (0.20 centavos de dólar)  para estudiantes.

b) El Metropolitano (COSAC)

Es un sistema de autobuses de tránsito rápido que opera en la ciudad de Lima. Está compuesto por un corredor segregado atendido por itinerarios regulares y expresos, así como una red alimentadora en los terminales.


                                                        Fuente: La República (2019) El Metropolitano

 


                                                        Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima (2019) Alimentadores.

 


                                                Fuente: El Comercio (2019) Estación  del Metropolitano


                                                                                    Fuente: INFOBAE (2023)

Flota y capacidad de Oferta

 

De acuerdo a la información de  ATU (2021) la flota de buses disponibles del Metropolitano varía según la hora del día. En un día hábil, el rango con mayor disponibilidad de vehículos es en las mañanas en la hora punta y se activan las rutas con el servicio Expreso. La distribución de las mismas se observa a continuación:

 



El total de pasajeros que tuvo el servicio troncal del Metropolitano fue de 71’357,619 personas.  El promedio de usuarios fue de 195,500 pasajeros cada día. Por otro lado, los usuarios de los alimentadores fueron 24’609,702 personas a lo largo del 2021.

c)    Corredores Complementarios PROTRANSPORTE

Los corredores complementarios constituyen una red de líneas o servicios de autobuses urbanos, conformado 15 líneas que cubren las principales avenidas del área metropolitana en un mismo eje troncal cada una y son cinco:

·       Corredor 01 Panamericana Norte- Sur 

·       Corredor 02 Javier Prado -Faucett

·       Corredor 03 Tacna – Arequipa-Mercado de Flores

·       Corredor 04 Independencia

·       Corredor 05 Carretera Central




Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima- Corredores Complementarios

                            Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima- Corredores Complementarios

Flota y capacidad de Oferta

El número promedio de buses disponibles en las rutas de los corredores complementarios fue:



Las operaciones iniciaron con 672 buses, pero la flota fue incrementándose según el incremento de la demanda.

Demanda

A lo largo del 2021, se sumó un total de 53’189,526 registros al sistema, lo que representa el número de veces que las personas usaron el servicio. El promedio de usuarios al día fue de 145,725 personas. La ruta que más personas moviliza es el corredor Rojo, que cubre la ruta Javier Prado-La Marina.

Cubren aproximadamente el 45% de viajes en Lima.

 



d)     Corredores de Integración GTU

Son aquellos que unen o interconectan los Sistemas Masivos con los Corredores Complementarios y en donde prestan servicio los operadores que cuenten con autorización o en su defecto cuenta con una concesión. (Ordenanza 1613, 2012).

                                        Fuente: Justo Medio (2021) Corredores complementarios

Taxis

De acuerdo a información de ATU, el total de taxis autorizados en Lima Metropolitana y Callao es de 98,745 unidades al año 2021. Más de la mitad de ellos son taxis independientes, luego sigue el taxi estación y por último el taxi remisse.






La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU)

La Ley N°30900, Ley que crea la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, establece que es un organismo técnico encargado de planificar la eficiente operatividad del Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao, tiene entre sus funciones la elaboración y aprobación del Plan de Movilidad Urbana (PMU) para Lima y Callao, considerando la integración multimodal de los medios de transporte y los planes de desarrollo urbano vigentes en su ámbito.

El PMU es un proyecto elaborado por la ATU, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que se ejecutará a través del consorcio conformado por las empresas FOA, Arcadis-IBI Group y AIC, provenientes de México, Canadá y Uruguay.

Esta entidad tiene la facultad de aprobar el Plan de Movilidad Urbana para las provincias de Lima y Callao, el cual debe considerar la integración multimodal de medios de transporte motorizados y no motorizados, así como los planes de desarrollo urbano vigentes en su ámbito.

Sin embargo, esto colisiona el marco constitucional que faculta a los gobiernos locales a la aprobación de los planes urbanos, y en Perú dentro de los planes urbanos se considera como plan temático de movilidad urbana.

 

Los desplazamientos

El mayor patrón de movimiento diario que se efectúan entre las áreas Interdistritales se presenta mayormente entre las zonas de Lima Centro y Lima Este con 775 mil viajes diarios y entre Lima Centro y Lima Norte con 680 mil viajes al día, demostrando que la población de Lima Centro produce la mayor cantidad de viajes a nivel interdistrital (Municipalidad de Lima, 2012).

El alto porcentaje de elección de los ciudadanos por las combis, cústeres u ómnibus pueda deberse a que cuentan con una mayor flota de vehículos, una tarifa menor al Metropolitano y rutas que cubren zonas que los grandes medios de transporte implementados no logran a cubrir, a pesar de las pobres condiciones del servicio ofrecidas y muchas veces arriesgando sus vidas, porque la informalidad ha llegado a niveles que incluso se contratan choferes con antecedentes o lo que es peor sin licencia de conducir, sobre todo en los distritos periféricos de Lima.


Fuente: Panamericana TV (2016) Mototaxis


Fuente: Anona Noticias ( 2017) Paraderos Informales de Combis Piratas



La dinámica urbana y la movilidad

La densidad poblacional es un indicador importante para establecer la dinámica urbana y por ende los aspectos de movilidad; el crecimiento de la población (1,9% anual), así como un parque automotor de transporte público actual en exceso, influye proporcionalmente en la tasa de crecimiento del parque automotor de transporte privado, como una inexorable alternativa de afrontar los problemas del transporte público en Lima Metropolitana y Callao.

Además, la forma de crecer o la densificación de la ciudad; su forma de distribución y los desplazamientos motorizados dentro de ella para el desplazamiento de su población, inciden directa e indirectamente en la generación de emisiones y el consumo energético.

La aparición de nuevos sub-centros en el primer anillo periférico son producto de la descentralización del centro histórico de Lima y la necesidad de una estructura policéntrica debido al encarecimiento y escasas áreas centrales.

Si bien esta tendencia se está incrementando, es indudable el papel de Lima Centro como zona económica más importante y por ende la zona que registra la mayor atracción de viajes por motivos laborales y de estudios de todos los habitantes de Lima.

En el Área Metropolitana Lima-Callao se identifican 04 principales nodos, siendo estos: i) El centro financiero de San Isidro, ii) centro comercial e industrial de Gamarra, iii) el núcleo y centro comercial de Miraflores, y iv) el Mercado Central y Mesa Redonda.

La dinámica urbana en el Área Metropolitana de Lima-Callao en las últimas décadas ha generado la concentración de servicios y oferta laboral particularmente en el área central, mientras que en la periferia se plasma una continua expansión formal e informal del perímetro urbano con baja densidad. Esto implica una tendencia histórica y progresiva de la extensión de los recorridos motorizados desde la periferia hacia el centro, incrementando los tiempos de viaje por congestión e ineficiencias en el sistema de transporte, consumo de energía e incremento de emisiones por la reducción del flujo vehicular.

Específicamente de la evidencia empírica se observa un crecimiento exponencial de Lima Norte y de Lima Sur, los nuevos nodos de la gran Lima, y un colapso del Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao en las horas punta, por lo que el público consumidor opta por el servicio alternativo informal, de mototaxis, combis y custeres informales; lo que alerta de dos situaciones importantes, que se requiere acelerar el proceso de construcción de la línea 2, 3 y 4 del Metro; y un nuevo reordenamiento del transporte  que complemente al Metro de Lima y que pueda competir con el sistema informal de transporte público en precio, tal vez implementando  flota de vehículos eléctricos hacia donde debe virar el parque automotor.

CONCLUSIONES

1.- En la medida que no se establezcan medidas públicas robustas e integrales para la densificación de las actuales y nuevas centralidades y se implemente un plan de movilidad urbana para Lima y Callao que incluya el sistema de transporte urbano intermodal y mercancías, la gestión del uso de suelo, y gestión eficiente del tránsito; el sistema urbano implicará impactos negativos en la calidad del aire; en la seguridad vial y sobre todo en la perdida de tiempo en viajes producto de la congestión vehicular, de allí la necesidad de promover la ciudad compacta, con la Política Nacional de Vivienda y Urbanismo y la normativa urbanística.

2. Existe una correlación directa entre la densificación urbana y el consumo energético en transporte porque cuando es menor la densidad mayor es su consumo energético dado que para un desplazamiento el vehículo tiene que efectuar un mayor recorrido en kilómetros. Asimismo existe una correlación entre la densidad poblacional y el crecimiento del parque automotor de transporte público y privado;  lo que ha impactado en la Lima Metropolitana y el Callao, porque no se tiene la infraestructura de vialidad y tenemos un Plan de Desarrollo Metropolitano de Lima aprobado en el 2022, y no el Plan de Desarrollo Metropolitano del Callao a pesar que están conurbadas; por lo que los proyectos en infraestructura para  transporte público masivo están disociados de la planificación urbana.

3.- Se necesita un Plan de Movilidad Urbana en la cual se base la implementación del Plan de Racionalización de Rutas y la implementación de un sistema de transporte público masivo, eficiente y seguro, como son los proyectos de Corredores Segregados de Alta Capacidad operada por buses articulados y que menos costos ambientales provoquen. Este servicio debe permitir desplazar a millones de pasajeros por día en un sistema de transporte racionalizado de forma tal que logre minimizar el tiempo de viaje y los costos de operaciones, variables fundamentales del sistema de transporte eficiente y eficaz.

FUENTES DE INFORMACION

Avellaneda,  P.  (2011).  Ciudad  popular,  organización  funcional  y  movilidad. Pontificia Universidad Católica del Perú.

Bielich,  C.  (2009).  La  guerra  del  centavo.  Instituto  de  Estudios  Peruanos

Burga, C., Butler, S. y Carrasco, V. (1990). El transporte urbano de pasajeros en Lima. Instituto Libertad y Democracia

Glave,  L.  M.  (1977).  El  transporte  urbano  en  Lima  Metropolitana  1920-1976 [Tesis    de  bachillerato]. Pontificia Universidad Católica del Perú.

Lima Como vamos (2021)  Reporte Urbano de Indicadores de calidad de Vida 2021. Lima.

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